domingo, 27 de junio de 2010

RH+ "Sangre celestial: Tipo y factor"

Primero vamos a definir el concepto general del título RH+ --> Relaciones Humanas Positivas:


 Relaciones humanas es el nombre dado al conjunto de interacciones que se da en los individuos de una sociedad, la cual posee grados de órdenes jerárquicos. Las relaciones humanas se basan principalmente en los vínculos existentes entre los miembros de la sociedad, gracias a la comunicación, que puede ser de diversos tipos: Visual, Comunicación no verbal, lenguaje icónico o lenguaje de las imágenes, que incluye no sólo la Apariencia física, imagen corporal sino también los movimientos, las señas, lingüística, chat, Comunicación oral, afectiva, etc. Las relaciones humanas son básicas para el desarrollo intelectual e individual de los seres humanos, pues gracias a ella se constituyen las sociedades tanto pequeñas (simples, como las aldeas) como grandes (complejas, como las megalópolis). Para que pueda hablarse de "relaciones humanas" es necesario que se vinculen.

Después de explicar el concepto amplio de RH, vamos a tratar de enfocarnos en los conceptos específicos de las RH+ - Relaciones Humanas Positivas pero en el marco puntual de la Iglesia.

Genéticamente copiamos características de nuestros padres. Se da en rasgos de carácter, estatura, color de ojos, rasgos faciales, etc. Una característica hereditaria importante es el grupo y factor sanguíneo. El tipo de sangre al igual que el color de ojos o piel es hereditario. Todos heredamos dos genes para el tipo de sangre, uno de la madre y otro del padre y es la combinación de ambos lo que produce tu tipo de sangre.

Esto también se aplica en el plano espiritual. Sabemos que como todos pecamos estamos destituidos de la gloria de Dios , pero también conocemos que podemos ser parte de su familia gracias a Cristo que tomó nuestro lugar. Recibimos una “transfusión” de sangre porque la nuestra estaba contaminada por el pecado, entonces así el Padre nos recibe como miembros de su familia.

“Como nuestro intercesor, la obra de Cristo es presentarnos ante Dios como a sus hijos e hijas. Intercede a favor de los que lo reciben. Con su propia sangre ha pagado el precio del rescate. Por virtud de sus propios méritos, les da poder para llegar a ser miembros de la familia real, hijos del rey celestial.”

En la actualidad las familias casi en su mayoría son disfuncionales, muchos venimos de una de este estilo. Por lo tanto a veces el trato entre las personas no es el mejor. No están acostumbradas a ser parte de una familia que se ama.

Debemos ver a la iglesia como una familia, como un lugar de preparación para la eternidad, como un ambiente donde podemos aprender y enseñar, trabajar y descansar, hablar y escuchar, respetar y ser respetados, pero sobre todo debemos aprender a manifestar el mismo amor con que Cristo nos amó y donó así su sangre para adoptarnos en el seno de la familia del cielo.

“El principio que impulsó a Cristo al tratar de recuperar a la familia humana mediante el plan de salvación es el mismo que debe impulsar a sus seguidores en su trato mutuo cuando se relacionan en la iglesia.”

¿Cuál fue ese principio? Un principio basado en la economía? O uno quizás basado en la posición social? O tal vez uno basado en la conveniencia personal. Quizás el principio estaba relacionado con el gusto personal o las preferencias. Definitivamente NO! El principio que motivó a Cristo a tratar de rescatar a la familia humana fue el mismo Dios, sí, eso mismo, Dios, porque “Dios es Amor” (1 Jn. 4:8). Ese mismo principio está disponible para todos hoy, para aquellos que quieran y tengan la intención de relacionarse positivamente con sus semejantes. El consejo es: “Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.”